Cristina “Greca” Martínez, copropitaria Latte Que Latte
Tienen que existir otras razones aparte de la creciente población femenina en este bendito planeta. Bajemos las estadísticas un poco y hagamos el asunto un poco más real: Puerto Rico 2014, edad 30 a 35. Básicamente, si estás soltera a esta edad, estas en un verdadero lio. Los chicos buenos de nuestra edad están cansadísimos criando niños en preescolar, con casas que no pueden pagar y que acaban de adquirir en el mercado en conjunto a sus fabulosas esposas.
Luego viene el otro target: los hijos de un animal parecido a la cabra, pero ¡macho y grande!: estos son los bad boys. Los que tú sabes… que te van a hacer daño, pero lucen taaaan fascinantemente sexys… Y te imaginas cuántas cosas buenas te hará…y es ahí el momento en que te tiras con to’ y tenis.
Y por último, se hace presente ante nuestros ojos la peor especie: la generación de los hombres Houdini. Ahora me ves, ahora no me ves. Já, já. Esos que te mueven el piso desde el primer día. Todo marcha maravillosamente y ya te visualizas caminando hacia él en tu día de bodas…Pero de repente, puff! ¿Y qué pasó? ¿Adónde se fue? Uno, dos y tres días de desaparición total y sin darte cuenta estas metida en esta “relación” de somos, pero no somos. En estas podemos estar y perder muchos años y si no tenemos cuidado, nos perderemos a nosotras también.
Entonces, ¿qué nos queda? ¿Esperar a la próxima etapa? ¿La de los 40 a 45 anitos cuando los buenos están ya divorciados y pagándole una tarifa fija a la sicóloga para saber qué no hacer en su próximo intento? ¿Qué qué hacemos? Mi madre me diría”: “Lo tuyo está, espéralo que por ahí viene”… Pues me cansé de esperar.