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Alexis Morales -Cales Compositor y Periodista Comunal

 

Es un hecho científico que la materia no se destruye sino que se transforma en energía, y viceversa. Gran parte de la banda AM de la radio en Puerto Rico está ante el dilema de transformarse o desaparecer. Lo ideal es que no desaparezca pero ¿cómo transformarla?

Las raíces de la crisis actual van más allá de la crisis económica del momento. Es más que nada una cuestión de formato costo efectivo. En sus orígenes la radio en Puerto Rico era un proyecto de mecenas y soñadores, que querían usar sus recursos para dar una aportación a la cultura y a la sociedad. De ahí que en los primeros años abundaran la ópera y los dramas radiales. No fue hasta 1924 que se difundió un programa político pagado. Y fue en 1928 cuando la radio comenzó a ser esencial en las emergencias, dando por primera vez un  aviso de huracán con tres días de anticipación, aviso que evitó que San Felipe fuera un evento más trágico de lo que fue. En los años cuarenta, la radio puertorriqueña notificaba el día a día de la Segunda Guerra Mundial. Hasta había un servicio de noticias cantado por WKAQ en San Juan y WPAB de Ponce, para la gente que no conocía de letras y no entendía los boletines de la guerra.

En los años cincuenta se pusieron las bases para la programación talk show, que entonces incluía música. Las noticias se limitaban a cortos espacios informativos donde se daba lo esencial del acontecer local y mundial. Los únicos momentos de información continua se daban en casos de extrema emergencia. Una grabación de WIAC del 30 de octubre de 1950 muestra la suspensión de un show radial mañanero para transmitir desde la calle la revuelta nacionalista. El 15 de abril de 1952 WKAQ suspende la música y transmite desde una lancha las labores de rescate frente al Morro tras la caída de un avión de Pan Am. Otra grabación, del 6 de marzo de 1954 nos da una secuencia interesante.

Luis Vigoreaux anuncia un concurso donde se regala un lujoso auto valorado en la fortuna de $3,000 y pasa a poner un disco, y de repente anuncia que agentes del FBI están tomando por asalto la residencia de Pedro Albizu Campos a unos pasos de la emisora. Un reportero sale de la estación para relatar el operativo.

En los años sesenta tenían mucha audiencia los talk show. Los dos más escuchados eran “Tu Alegre Despertar”, con José Miguel Agrelot y “Musica, Noticias y Deportes”, con Harry Rexach. La música era elemento vital. Alfred D. Herguer perfeccionó el concepto en Radio Uno y posteriormente La Gran Cadena en los setenta.

¿Quién le quitó la música a la radio y por qué? El proceso inicial fue lento. En 1978 WKAQ AM se fue a noticias 24 horas, sin música excepto los cambiantes de noticias de Radio Reloj. En 1979 Luis Penchi mueve a WPAB de Ponce a formato noticias – análisis – deportes, también sin música. Una estrategia que funcionó en ese momento fue el llevar a la radio estrellas de la televisión que a su vez habían comenzado en la radio. Ese mismo año de 1979 WAPA Radio pone en los primeros lugares de audiencia los talk shows mañaneros de soft news y música, formato que de inmediato sigue Salsa 63 con Luis Antonio Cosme. A ese formato se unieron otras estaciones de música popular como 11Q, con Silverio Pérez, y para los adultos WIAC con Felipe Rodríguez. Se dio paso al público por teléfono. Quedaba mucha música en medio del formato talk show.

imagen de un radioEl gran cambio vino en los años noventa. Hasta ese entonces las emisoras pagaban los derechos de los discos que se tocaban a unas asociaciones de compositores de EU como ASCAP y BMI. Entonces apareció LAMCO, una asociación de compositores puertorriqueños liderada por unos abogados. Estos comenzaron a exigir altos pagos por canciones de autores del patio, y provocó un pleito legal que duró catorce años.  El pleito se extendió a las casas disqueras y a todo lugar donde se interpretaran canciones puertorriqueñas, como fiestas patronales y shows en plazas públicas. El colmo fue el obligar a pagar por la música que se cantara en los cementerios durante entierros o aniversarios de muerte de compositores y músicos. Ante ese insólito reclamo en la corte federal que amenazaba con demandas hasta por cantar en la ducha, la mayor parte de la banda AM retiró la música de su programación para evitar el litigio.

Y fue así como la banda AM se convirtió al culto de la noticia y el análisis radial, sobre todo político. La gente se fue acostumbrando, hasta el punto de crearse una adicción al formato noticias – análisis, eliminando no solo la música sino también los deportes. Las emisoras tenían que buscar cómo llenar 24 horas con ese formato para no necesitar ni una nota musical. De ahí que estemos escuchando día a día, programa tras programa, los comentarios sobre lo que dijo el senador en torno a la crítica que le hizo el alcalde a lo que dijo el gobernador. Y análisis internacional explicando la búsqueda de los terroristas en Adóndestán, comenzando en Aversistán, que se ha extendido hacia Aquinostán y amenaza con llegar a Tampocostán. Un análisis que al final de cada programa deja al oyente sabiendo menos que lo que sabía antes. Pero había que llenar 24 horas de programación sin arriesgarse a tener que pagarle a LAMCO.

Ese formato tuvo su acogida, pero a un costo muy alto. Las emisoras que antes pagaban un  técnico – disck jockey en cada turno, tuvieron que multiplicar su nómina para pagar mantenedores, editores, reporteros y productores para cada espacio. Sumado esto a la compra de equipos modernos para las transmisiones en remoto. Los dueños de emisoras trataron de cubrir esos gastos con tarifas mucho más altas. Las agencias de publicidad pagaron esas tarifas por un tiempo sin protestar, pues les tocaba un buen por ciento de esas pautas publicitarias.

Al llegar la crisis que estamos viviendo en la última década, las empresas ordenaron recortar gastos publicitarios, y las agencias tuvieron que negociar tarifas más bajas y eliminar algunas pautas. En consecuencia se fueron del aire animadores como Jorge Seijo y Silverio Pérez. No hay chavos pa tanta gente. La situación no ha tocado fondo, y cuando lo toque, será el fin de la era noticias – talk show – escándalo.  En ese momento, las grandes cadenas radiales tendrán que redefinir su programación. Solamente tienen dos alternativas. O hacen como la materia y la energía, se transforman. O desaparecen.

¿Hay alternativas para transformarse? Claro. Dejar el orgullo de la nómina grande, que no pueden pagar, y volver a la sencilla programación con un técnico – locutor que sepa expresarse y tenga una lectura ágil. Con música que no se oye en la banda FM. No estoy hablando del Trío Matamoros ni la Sonora Matancera. Estoy hablando de voces como Nino Bravo y Danny Rivera, junto con otras docenas de buenos cantantes bien recordados. Un buen técnico mantenedor de buena dicción, interactuando con el público por teléfono, mensajes de texto y cartas, lo puede lograr. Y con la cámara web que le pone la imagen a esa voz. Es cierto que al principio muchos sufrirán los síntomas de abstinencia por la adicción al formato noticias – escándalo. Pero en pocos días sentirán que duermen mejor y tienen mejor ánimo. Porque nadie va a decir que es lo mismo levantarse escuchando una voz que intercala música romántica y alegre, que unos alaridos diciendo: ¡Mataron cinco y ya van 600!

Ese el futuro de la banda AM. O se transforman o, como decía Víctor Santos… ¡Cierren, cierren!