05/05/18 – BRAULIO reconoce que es la gente de su generación, o la siguiente, la que reúne el grupo de sus seguidores a lo largo de cinco décadas en la música. La juventud, dice, “se incorpora abducida por la familia que pone tu música”. Son los hijos de los hijos, amantes de las baladas románticas que todavía escuchan sus padres y abuelos, los que dan continuidad al éxito de este artista español de 71 años, que vino por primera vez a Puerto Rico en 1976 de la mano de Ricardo Fábregues, un compatriota suyo actor radicado en la Isla.

Esta vez, luego de la cancelación de su show el pasado mes de noviembre como consecuencia del paso del huracán María, Braulio comenta a Helda Hoy que puede captar una sensación de miedo y tristeza en los puertorriqueños, y se lamenta por la tragedia vivida en contraste con la alegría de otras épocas.

“No estoy al tanto de las situaciones políticas y económicas que se están viviendo en este País, pero si del sufrimiento ocasionado por la devastación. Tan pronto se pudo restablecer la comunicación empecé a llamarlos a todos. Al primero fue a Mellado”, dice refiriéndose a José Antonio Mellado, quien junto a Antonio Domínguez producen su concierto mañana domingo 6 en el Centro de Bellas Artes de Santurce.

Admite, además, que la sensación de aproximarse a Puerto Rico en un vuelo de avión es como “regresar a la casa de un familiar… de una tía bondadosa que me espera con una merienda suculenta”. Y de inmediato se refiere a los boricuas como gente muy romántica y cariñosa, mientras que a los dominicanos los tilda de poseer un sentido del humor a otro nivel; y a los cubanos los identifica como a “los más avispa ’os para hacer negocios”. En tanto, “los españoles somos aplatana ’os, más lentos y el tempo se nota”.

Braulio, hijo predilecto de Gran Canaria y de su ciudad natal, Santa María de Guía, que estará acompañado en su espectáculo de “una maravillosa banda de músicos puertorriqueños porque este es uno de los pocos países que puedes llegar sin ellos”, cuenta a Helda Hoy que en su casa en el campo ya solo se hace acompañar por su perra aún joven, a la que planea aparear cuando cumpla sus dos años.

“Salí de mis caballos, ovejas, gallinas y mis otros perros. Me cansé de criar corderos para que mis amigos se los comieran”, dice para agregar que, aunque tiene un apartamento en la capital prefiere mantener su entorno en el ambiente campestre, compartiendo con sus amigos de estudios, “de toda una vida, cuyas profesiones nada tiene que ver con la mía”.

Este creador de cientos de canciones de amor que además estudió ingeniería técnica agrícola comenta que la cancion “Morir en San Juan”, escrita una noche en la playa del Hotel Caribe Hilton, cobra ahora mayor relevancia y será incluida en el repertorio de su concierto. Igual compartirá su más reciente tema “El Maleficio” y “El Último Perdón”, que forma parte de un disco que no sonó en Puerto Rico.

Por Helda Ribera Chevremont

(Fotos: Ángel Negrón)