16/04/18 – EL intérprete boricua Wilkins se presentó este fin de semana en la Sala de Festivales Antonio Paoli del Centro de Bellas Artes en Santurce como si aquella “despedida” de los escenarios y de su público que él realizó hace diez años, nunca hubiera sucedido. Los asistentes que llenaron el auditorio a capacidad recibieron el concierto “Wilkins: La Leyenda” con el mismo amor y energía que él profesa en cada uno de sus espectáculos.

La velada que comenzó casi a las 9:00 de la noche evocó a los famosos Big Bands de los años setenta con la presencia de ocho músicos y una corista femenina. Un caballero que fungió como animador presentó al artista tal y como se hacía en tiempos de antaño. Tan pronto Wilkins se presentó en la tarima vestido todo de negro con un llamativo saco color gris brilloso y platinado, comenzaron los alaridos y vítores en el teatro.

El cantautor entró en calor con los temas movidos “La Lambada” y “Si Yo Fuera Mujer”, donde hizo alarde de sus famosos movimientos cadenciosos que enloquecieron a su fanaticada femenina y provocó que las asistentes en la zona conocida como la “fosa” se acercaran al artista para reclamar besos y abrazos de su parte, los cuales él les otorgaba sin ningún reparo.

Acto seguido, presentó su primer popurrí de éxitos más melodiosos compuestos por los temas, “A Quién Vas A Engañar”, “Pensamiento Y Palabra” y “O Tú O Nada”. Con su voz diáfana y suave, pero potente a la vez, Wilkins hizo que tanto damas como caballeros entonaran con él esas canciones y recordaran bellos momentos de su vida. Luego dio paso a las interpretaciones “¿Qué Me Pasa Contigo?” y “Bésame Despacio”, donde ya entraba con mayor intensidad. En este momento se quitó el saco y mientras cantaba este tema, el artista se acercó nuevamente a las féminas para mostrarles su cariño con besos y abrazos.

Uno de los momentos jocosos de la noche fue cuando el intérprete le dijo a una fanática en son de broma que le besara en la boca y al ver que la dama se acercó a besarlo, el cantante se retiró muerto de la risa, al punto de que casi no podía cantar. El público se divirtió muchísimo con este suceso.

  “¡Esto está más lleno que nunca! Hay un pacto entre nosotros que va a durar toda la vida… nos unen tantas cosas, pero, sobre todo, lo más que nos acerca es el mismísimo amor”, expresó el cantautor.

Le tocó entonces el turno a su segundo medley de recuerdos, que incluyó las canciones “Tratándose De Ti”, “Mi Problema Eres Tú” y “Te Mataría”, cuya fuerza interpretativa se manifestó como él acostumbra y donde los presentes entonaron esos temas de principio a fin.

 “Los hombres cuídense que cuando las mujeres dicen se acabó… ¡se acabó!”, bromeó el mayagüezano.

Como se trata de un concierto de éxitos y recuerdos a lo largo de su extensa trayectoria de 40 años, el mismo estuvo estructurado de tal manera que presentó las canciones por etapas. El artista interpretó otro popurrí de canciones de los años 70, tales como “Candilejas”, “No Se Puede Morir Por Dentro” y “Esto Sí Es Amor”. Para estas canciones contó con la participación de un coro compuesto por cinco mujeres y cinco hombres que le acompañaron hasta el final del recital.

A esto, Wilkins se colocó un saco de color blanco y con guitarra en mano interpretó los temas “Sereno”, “Y Qué Culpa Tengo Yo” y “Llévame Contigo”, donde cambia el saco blanco por uno dorado. Con el tema movido “Vuelve Conmigo” el artista tuvo el acompañamiento de tres bailarinas y mandó a los asistentes a levantarse de sus asientos para bailar. De hecho, las damas no perdieron el tiempo para piropear a Wilkins por su sensual baile.

El medley de los años 80 estuvo integrado por “Respiraré”, “El Sucesor” y “Te Amo”.

De momento, tras una breve pausa, se apagaron las luces de la sala a cargo del experimentado gurú en iluminación Fernando Aguilú. Cuando el público vio una silla en el escenario, sabía que Wilkins interpretaría el tema “Bella Sin Alma”, uno de los temas más esperados de la velada. En ese momento el intérprete demostró otra vez sus dotes dramáticos e histriónicos que le otorgó al artista la ovación de la noche.

Las emociones continuaron cuando Wilkins interpretó “Un Nuevo Amor” popularizado por el cantante cristiano Roberto Orellana y “¿Cómo No Creer En Dios?”, acompañado de ocho bailarinas de ballet que ejecutaron una hermosa coreografía. Fue un momento sublime donde todos los asistentes entonaron ambas alabanzas de fe.

 “Agradezco su presencia en uno de los momentos más difíciles de Puerto Rico, donde todavía hay mucha gente sufriendo, pero hemos podido recuperar mucho de nuestra esencia gracias a la presencia divina… hay mucha gente que vino aquí queriendo sentir sensibilidad”, dijo conmovido.

Luego, Wilkins salió del escenario por unos instantes para regresar regiamente vestido con una camisa de manga larga blanca y pantalón marrón chocolate. Fue así como encendió la tarima con otra de las más esperadas: “Sopa De Caracol”, hasta finalizar el espectáculo con su interpretación A continuación, “De Ahí Vengo Yo” simularía dar por terminado el concierto, tras desplegar la bandera de Puerto Rico en el ciclorama gigante. Pero el público quedó inconforme y pidió más. De modo que antes de concluir el espectáculo, Wilkins los complació cantando a capella otros que han sido éxitos en su discográfica, tales como “Margarita”, “Un Corazón Desquiciado”, “Diana” – que en su momento popularizó el canadiense Paul Anka –  y “Para Vivir” del cubano Pablo Milanés, donde recibió la segunda ovación de la noche.

Al finalizar el recital, Helda Hoy tuvo acceso a los camerinos donde obtuvo reacciones de algunas personalidades que asistieron al espectáculo. Para Gilberto Santa Rosa, el repertorio estuvo impecable en el que todas las canciones son memorables. “Es un banquete… el arte escénico, su presencia, el repertorio. Lo más que me llamó la atención es su voz impecable. Hacía mucho tiempo que no lo veía y estoy muy satisfecho. El catálogo es impresionante, cantó muchísimo y se quedaron unas cuantas (canciones)… su carrera es extensa. Además, su calidad humana… me emociona ver a los que se emocionan”, reaccionó el llamado Caballero de la Salsa.

Además, su esposa Alexandra Malagón tuvo también palabras de elogio para Wilkins.

 “Los que supimos lo que le pasó teníamos la expectativa de cómo se desenvolvería en el show. Yo lo veía moverse, brincar, y yo decía: << ¡Dios mío, que no se vaya a lastimar, pero es como si no hubiese pasado nada!>> Vi a un hombre entregado a su público con ganas de seguir cantando. Todos sus fanáticos salimos contentos, satisfechos… ¡y esa voz cada vez mejor!”, exclamó Malagón.

Y no podía faltar el protagonista de la noche. Wilkins estaba feliz con el reencuentro con su público.

Wow!, maravilloso desde es el principio. Estábamos deseosos ambos de estar juntos y pasó en este concierto. Yo me siento cada día mejor, gracias a Dios. Recuerden que han pasado… (cuenta con los dedos) ya van siete años, fue en el 2011. Cada día me preparo, soy disciplinado, es la única manera de hacer esto y además estoy agradecido. Le doy gracias a Dios por el público de Puerto Rico que ha apreciado mi música. Y como dije en el concierto, seguimos siendo <<rockmánticos>> y esto no va a acabar nunca. ¡Es un pacto!”, declaró el veterano cantante y compositor.

Por Henry David Rojas

(Fotos: Ángel Negrón)