Maed Torres, bloguero, productor y creador de la plataforma Ruteando mi Isla

 

“Primero que todo, gracias por representar dignamente nuestra bandera. Muy pocas personas valoran los sacrificios, tiempo y dinero invertido a la hora de perseguir nuestros sueños. Luciste como una reina y la seguridad con la que llevaste el nombre de Puerto Rico al certamen es de admirar.

Te pido disculpa por nuestro País. El que te hayas tenido que meter al escrutinio de la opinión pública para demostrar que tan puertorriqueña eres, me da mucha vergüenza… ¿Quién decide que tan puertorriqueños somos? ¿Existe una oficina donde podemos medir nuestra puertorriqueñidad?. Me da gracia como algunos minimizan el ser puertorriqueño con que eso es algo del gentilicio, pero somos los primeros en gritar al punto de desafinar:  <<Yo sería borincano aunque naciera en la luna>>. Sí, una canción interpretada por Roy Brown, artista nacido en Orlando….. (estoy seguro que muy pocos saben que alguien como Roy Brown no nació en la Isla)… ¿Qué hacemos?, ¿dudamos de su puertorriqueñidad?. ¿Habrá alguien que se atreva ponérsele de frente y decirle: <<¿Tú no eres puertorrriqueno?>>.

Querida Madison, no sabes el bochorno que me da el haber visto la crítica por tú no dominar el español, mientras a un pasado gobernador lo criticábamos por no saber inglés…. ¿Entonces?…. Somos tan patéticos que un estudio realizado en el 2016 (guguleen si no me creen) demostró que el 80% del País no sabe inglés…. Pero hicimos por horas largas filas y pagamos cientos de dólares para ir a ver a Lin Manuel (otro artista no nacido en la Isla), traer una obra 100% en inglés y narrar sobre uno de los padres fundadores de los Estados Unidos. (¡Qué cosa más loca!, no?)…. Y no, no estoy criticando a Lin Manuel, lo respeto mucho. Estoy criticando que consumimos una excelente obra y no la entendimos. ¿Por qué no se le exigió que la hiciera en español?

Mientras tú (Madison) te levantabas todos los días a trabajar por nuestra Isla y cumplir un sueño, existían puertorriqueños contaminado la playa de Buyé o matando tortugas en Rincón (quizás esos son más boricua que tú, ¡quien sabe!).  Se me caía la cara de vergüenza cuando escuchaba a mujeres decirte: <<Tú no me representas>>, cuando por iniciativa propia trabajas con mujeres que han sido sometidas a violencia doméstica.

Estudios demuestran que una de cada cuatro mujeres en el mundo son asesinadas por sus parejas, pero mientras tu ayudabas con esos casos, nosotros preferimos criticarte, no creerte y decirte que <<lo haces por pauta>>.

Y mientras tú estabas por allá con la cinta de Puerto Rico en el pecho buscando darle alegría y un regalo de sosiego a la Isla, aquí puertorriqueños tiroteaban, un legislador se emborrachaba con el dinero del pueblo y luego lo esconden como si nada, minimizando la conducta como un <<eso le pasa a cualquiera>>… (me imagino que ellos también son más puertorriqueños que tú, Madison).

Los invito a escuchar una canción de Manolo Ramos llamada <<La Tierra De Papá>>. Ser puertorriqueño va más allá de dónde naciste. Ya es triste que las personas tengan que abandonar el País en búsqueda de una mejor calidad de vida, como para que encima los juzguemos porque se fueron. Debe ser duro ser puertorriqueño, tener un hijo en el extranjero, y tratar de explicarle lo que significa tener sangre boricua, aunque no lo entienda.

Nos llenamos la boca de que <<hay que echar pa’ lante>>, pero cuando vemos a personas teniendo éxito las criticamos. Nuestra inconformidad como pueblo hace que nos matemos por envidia. Queremos que la gente crezca, pero no los ayudamos a crecer. Es triste ver a un puertorriqueño denigrar a otro puertorriqueño… pero más triste aún es ver a una mujer criticar a otra mujer.

Madison no he tenido el placer de conocerte, y si algún día tengo ese honor, te diré: <<Tú sí me representas>>. Callaste muchas bocas y te juro que hablas español mejor que la mayoría de nosotros. Eres grande y por favor, ya no tienes que seguir intentando convencer a alguien que esta es tu Isla. Ya eso está establecido. Muchas bendiciones y gracias  por representarnos. ¡Eres nuestra reina!”