30/10/2023 – LA experimentada actriz narraba las memorias siendo parte de las escenas, sin relacionarse con el elenco que dramatizó los recuerdos de infancia y adolescencia de Esmeralda Santiago en la obra “Cuando Era Puertorriqueña”. Así fue como Yamaris Latorre personificó a la prestigiosa escritora en la adaptación de su libro para el teatro.

Y es que, “Cuando Era Puertorriqueña” tuvo lugar en la Sala René Marqués, del Centro de Bellas Artes de Santurce, donde la tarde del domingo 29 de octubre de 2023, se recreó el exitoso libro para la única función dirigida al público en general, y otras previas para estudiantes.

La pieza basada en conmovedoras remembranzas y anécdotas de la vida real de la autora, quien publicó su libro en el 1993, tiene el conflicto de cómo ésta lograría adaptarse a un cambio de ambiente después de trasladarse a los Estados Unidos junto a su madre y siete hermanos tras la ruptura definitiva de sus padres, quienes sostenían una tóxica relación amorosa debido a los celos e infidelidades.

Sumidos en la pobreza, a su llegada a New York (Brooklyn), fueron varias las mudanzas en busca de un lugar más seguro para todos residir y llevar una vida cotidiana parecida a la de su campo en Macún, en la isla de Puerto Rico, aunque no fuera posible.

Algunas anécdotas de esta puesta en escena promovieron carcajadas por la naturalidad de los actores al ejercer su oficio, pero también mostraban la dura y triste realidad a la cual se enfrentó Esmeralda Santiago a la edad de trece años, igual su familia.

De esos recuerdos de su vida en el campo, entre montañas, fue cómo saborearse una guayaba madura o verde.

Cuando muerdes una guayaba madura, tus dientes deben apretar la superficie nudosa y hundirse en la gruesa cáscara comestible sin tocar el centro… Se necesita experiencia para hacer esto. Una guayaba verde es agria y dura. Al hincar el diente dentro de una guayaba verde, oirás la cáscara, pulpa y semillitas crujir dentro de tu cerebro, y chorritos agrios estallarán en tu boca…”, describió Latorre representando a la autora como mujer adulta.

También, a su corta edad, y sin comprenderlo, ayudó a que el alma de un bebé muerto subiera al cielo, según su madre; además de recibir una golpiza de su parte por haber pegado a un niño que había tocado sus senos.

Durante hora y media se observó la minimalista escenografía. Eran cuatro cajones de madera que simulaban asientos. Como ambientación se escuchaba “Amanece”, resonando el güiro y el cuatro puertorriqueño, entre otras canciones y melodías típicas de la época de los ’50 y ’60. A un lado del escenario, permaneció la bandera puertorriqueña colgada en la pared, frente a un sillón de madera.

Incluso ante la pobreza extrema, Esmeralda superó adversidades, como el idioma y el discrimen. Logró ser parte de la matrícula de la acreditada Performing Arts High School. Luego fue la única de los hijos (once en total) que entró a la Universidad de Harvard, graduándose con altos honores.

“A veces vivo en un limbo de los dos idiomas. Hablo más en inglés, pero siempre sueño en español. Muchas veces siento el dolor de haber dejado mi islita, pero ese dolor se convierte en rabia. Y esa rabia infantil es la que se engancha en mi alma y alimenta mi cuerpo”, contestó Esmeralda a la Orientadora en una de las escenas finales, cuando pareció reflexionar sobre su identidad.

Como parte del elenco actuó Yamaris Latorre, como Esmeralda adulta o “Negi”, tal cual la llamaba su familia. Siempre fue una persona madura, inteligente y determinada. En tanto, Leru Ruiz, encarna a Esmeralda de adolescente, etapa en la que afronta difíciles situaciones. Sol Vega Calzada, hizo el papel de Esmeralda niña, quien mantenía una relación de apego con su padre; era curiosa. La joven actriz en su espectacular debut recibió un extenso aplauso de la concurrencia.  Los padres de Esmeralda fueron protagonizados por Madelyn Ortiz y Ulises Rodríguez, “Monín” y “Pablo”, respectivamente, una pareja con un amor difícil de entender.

Por su parte, Raymond Gerena representó a varios personajes: “Don Luis, El Gringo” y “Mr. Barons”. Además, mediante fotografías y voz, actuaron Suzette Bacó y Gerardo Ortiz, entre otros actores. Todos estuvieron dirigidos por Cristina Soler (“La Orientadora”), quien tuvo a su cargo la adaptación para el teatro de “Cuando Era Puertorriqueña”.

Esmeralda Santiago, novelista, ensayista, actriz y bailarina, oriunda de San Juan, ha escrito varios libros con igual éxito: “Casi Una Mujer” (1998), “El Amante Turco” (2004), “Conquistadora” (2011) y el más reciente publicado este año, “Las Madres”.

Al finalizar la obra, el público de forma voluntaria pudo hacer un donativo a la Fundación Albert Rodríguez, como parte de su legado de becas, destinado para fomentar la educación en Arte de jóvenes de escasos recursos económicos.

Por Helda Hoy

Reseña Ana H. Peña